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8/01/2006

La Situación Poselectoral en México - Gerardo Esquivel

La desinformación de la población acerca de la situación poselectoral es impresionante. Mucha culpa lo tienen los medios de comunicación, en especial el duopolio "TV-Chaketa" y "Tele-Mierda", los cuales han decidido tomar parte en el proceso electoral. Por tal motivo es nuestra obligación de difundir la verdad en cualquier medio de comunicación, ya sean blogs, chats, listas de correo, portales informativos, etc.

Les dejo la carta de Gerado Esquivel:

"Como casi todos ustedes saben, durante la pasada campaña electoral participé como expositor del programa económico de AMLO en diversos foros y medios de comunicación. Supongo que en parte por esa razón, durante los últimos días mucha gente se ha acercado a mí para preguntarme cuál es mi opinión sobre la situación poselectoral por la que estamos atravesando. Al parecer, hay no sólo una gran incertidumbre sobre lo que puede pasar, sino también mucha desinformación, especulación y cierta confusión sobre la posición de AMLO y sus partidarios en todo este proceso. Por ello, quisiera expresar mediante este documento mi posición respecto a ciertos puntos que se han venido planteando en los últimos días y trataré de responder a algunas de las preguntas más frecuentes que se me han planteado recientemente.

1. En entrevistas con diversos medios de comunicación, López Obrador se había comprometido a respetar el resultado de las elecciones presidenciales incluso si la diferencia fuera por un solo voto. ¿Lo que ha pasado en días recientes, no es acaso una muestra de que ha violado su palabra?

No. En lo absoluto. En realidad lo que AMLO aceptó (aunque quizás no utilizando exactamente esas palabras), fue que reconocería los resultados que determinaran las autoridades electorales. En ese sentido, lo que debe entenderse es que AMLO se comprometió a aceptar lo que determinara el Tribunal Electoral del Poder Judicial de La Federación, que es el órgano encargado de calificar la elección presidencial y de realizar el cómputo final de la misma. De hecho el artículo correspondiente dice que el Tribunal Electoral es competente para:

“II. Resolver, en una sola instancia y en forma definitiva e inatacable, las impugnaciones sobre la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Una vez resueltas las que se hubieren interpuesto, la Sala Superior, a más tardar el 6 de septiembre del año de la elección, realizará el cómputo final, procediendo a formular la declaración de validez de la elección y la de Presidente Electo respecto del candidato que hubiese obtenido el mayor número de votos.”

Es importante señalar que existe una confusión generalizada que le hace suponer a mucha gente que el IFE es el máximo órgano electoral en México. Sin embargo, esto no es correcto. El IFE no califica la elección presidencial, sino que es simplemente la institución encargada de organizar las elecciones. En ese sentido, cabe señalar que la única pregunta sobre este tema que se les planteó de la misma manera a todos los candidatos presidenciales fue la que escribió el Comité Técnico del programa Diálogos por México. Allí, en el caso de AMLO, el encargado de plantear la pregunta fue el economista Rolando Cordera (RC):

RC: Andrés Manuel López Obrador, el Comité Técnico tiene una preocupación que quizás comparten millones de ciudadanos: Creemos que en la elección del 2006, en principio, todos debemos aceptar los resultados proporcionados por el Instituto Federal Electoral. En caso de utilizar el derecho de impugnación, los candidatos deben apegarse estrictamente a las resoluciones del Tribunal Federal Electoral. ¿Está usted de acuerdo?

AMLO: Totalmente de acuerdo, en la democracia se gana o se pierde, y el pueblo manda, el pueblo decide.”[1]

Así pues, utilizar el recurso de la impugnación no viola el compromiso de AMLO de respetar la decisión de las autoridades electorales. Es cierto, sin embargo, que en algunas entrevistas públicas, AMLO dijo que iba a aceptar el resultado del IFE, lo cual no puede ser considerado sino como un lapsus, ya que el resultado final es el que determina el Tribunal Electoral. Nótese que comprometerse a aceptar el resultado del IFE equivalía a renunciar al derecho de los candidatos a impugnar legalmente el resultado del cómputo preliminar del IFE o del cómputo intermedio que llevaron a cabo los Consejos Distritales.

Cabe señalar que el propio PAN también ha hecho uso de este derecho que le confiere la ley y también ha presentado sus propias impugnaciones. Nadie cuestiona esta actitud y nadie debería cuestionar tampoco la posición de la Coalición por el Bien de Todos.

2. Las movilizaciones a las que ha convocado AMLO demuestran que no está dispuesto a aceptar ningún resultado electoral que no le favorezca y confirman que es un peligro para México.

Falso. Las movilizaciones a las que ha convocado AMLO han sido pacíficas. Son una forma de expresión política válida y legítima, que no atenta contra los derechos de terceros. Es cosa del pasado, pensar (como lo hiciera el gobierno de Diaz Ordaz y otros) que debería restringirse la libertad de la población de reunirse pacíficamente para manifestar sus ideas. Sobre este tema es importante tener presente lo que dice el artículo 9º de la Constitución Mexicana:

Artículo 9.- No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada tiene derecho a deliberar.

No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencia o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.

Así, todo lo que ha hecho AMLO en los últimos días, incluyendo las movilizaciones sociales y la impugnación electoral, se encuentran perfectamente dentro de lo que le permite el estado de derecho y no se ha salido por lo tanto, del cauce institucional. No hay pues, ninguna razón para asustarse o extrañarse.

3. AMLO demostró su intolerancia cuando amenazó a Felipe Calderón y a su familia en su discurso del pasado Domingo 16 de Julio en el zócalo.

Esta afirmación, desafortunadamente cada vez más difundida, no tiene ningún sustento. Solo una mente obnubilada puede pensar que las siguientes frases representan una amenaza para Felipe Calderón y su familia:

“Desde esta plaza pública hago un llamado al candidato de la derecha para que actúe de manera responsable y acepte, sin ningún pretexto, la revisión de las actas y el recuento de voto por voto en todas las casillas del país. Si él sostiene que ganó, no tiene por qué negarse. El que nada debe, nada teme. Le recomiendo, por él, por sus familiares, por su gente más cercana, le recomiendo que piense, que piense muy bien que la mancha de una elección fraudulenta no se borra ni con todas las aguas de los océanos.”[2]

Es claro, por el contexto del discurso, que López Obrador hacía referencia al estigma personal y social que podría afectar a Felipe Calderón, a su familia y a sus personas más cercanas, por el hecho de ser asociados a una Presidencia ilegítima. No es, ni mucho menos, una amenaza a la integridad física de Felipe Calderón y/o de sus familiares como lo han pretendido hacer creer gente como César Nava, Jaime Sánchez Susarrey e incluso Enrique Krauze.

4. No hay evidencia de fraude y es por eso que AMLO ha cambiado su versión del fraude de uno “cibernético” a uno “a la antiguita”.

Si bien es cierto que no hay evidencia de un fraude generalizado, también lo es que el margen de la elección es tan pequeño que no es necesario que hubiera un fraude masivo para cambiar el resultado de la elección. En ese sentido, es necesario generar la mayor certidumbre posible sobre el resultado de la elección.

Sobre el tema del fraude “cibernético”, AMLO ha reconocido que este tema distrajo mucho la atención en un principio y que, aun si esto hubiera sido cierto, esto ha quedado atrás con el resultado de los conteos distritales. Ahora bien, esto no implica que no hubiera habido un sesgo en el manejo inicial de la información con el posible objeto de generar una imagen distorsionada de la realidad y crear la imagen de una elección mucho menos cerrada de lo que en realidad fue. En cualquier caso, vale la pena señalar que, en lo personal, no creo que tenga mucho sentido en este momento abundar sobre este tema o sobre la forma en la que fluyó la información la noche del 2 de Julio. Creo que ese tema es importante sólo para entender el papel del IFE y/o del PREP en el manejo de la información, pero no creo que ahí haya evidencia de un fraude generalizado que haya cambiado el sentido de la elección.

5. Pedir el recuento de votos es descalificar el trabajo de casi un millón de mexicanos y hacerlos copartícipes de la acusación de fraude.

Falso. Nuevamente la clave aquí es el reducido margen de la elección. Nadie está diciendo que todos los que contaron los votos lo hicieron mal o que todos lo hicieron a propósito. Se ha señalado, sin embargo, que en muchas casillas existen claros errores matemáticos, los cuales pueden ser el resultado de simples errores humanos pero que, dado lo cerrado de la elección, podrían ser importantes en el recuento final. Debe tenerse presente que la diferencia entre FC y AMLO es de menos de 2 votos por casilla, por lo que una serie de errores humanos en el cómputo de las casillas podrían cambiar el sentido de la elección.

6. Los votos ya se contaron dos veces y no es necesario contarlos una tercera vez.

Falso. En la mayor parte de los casos, los votos sólo se contaron una vez y, como ha sido señalado por la Coalición por el Bien de Todos, en la mayor parte de los casos existen errores matemáticos que sugieren que hubo algún error en el cómputo de las casillas. En el caso de los cómputos distritales, estos sólo se reducen a sumar los votos asentados en las actas y, sólo en algunos contados casos, se volvieron a contar los votos de unas casillas y no de la totalidad de las mismas.

7. Lo que en realidad quiere AMLO es la anulación y no el recuento de los votos.

Aceptemos sin conceder que eso sea cierto, la decisión final sobre este tema la tomará el Tribunal Electoral. ¿Qué pasa si el Tribunal se inclina por la anulación? ¿Es responsable AMLO de esta situación por haberlo solicitado o son responsables todos aquellos que pudieran haber hecho algo para conducir a esta situación? Esta actitud es equivalente a condenar al fiscal que solicita la cadena perpetua para un criminal y no detenerse a pensar en los actos que llevaron a un juez a considerar culpable al criminal. En cualquier caso, ¿no sería la decisión de un tribunal en ese sentido una decisión conforme a derecho y que, por lo tanto, todos deberían acatar? ¿Por qué algunos analistas tratan de trastocar el orden lógico de las cosas para tratar de justificar sus animadversiones?

Ahora, por otro lado, AMLO y la Coalición por el Bien de Todos han dicho en reiteradas ocasiones que lo que en realidad buscan es el recuento de los votos y no la anulación. Han llegado al grado de solicitarle a FC que se pronuncie públicamente por el recuento de los votos. ¿Por qué FC no lo acepta? No pierde nada y no estaría presionando al Tribunal a que tomara esta decisión. En última instancia, el Tribunal tomará su decisión en forma libre e independiente.

8. ¿Por qué se impugna la elección Presidencial y no se impugnan las elecciones para senadores o diputados?

Por que de nuevo lo importante es el margen del triunfo entre una y otra elección y no la elección misma. En el caso de las elecciones para senadores y diputados, las diferencias entre el primer y segundo lugar tienden a ser lo suficientemente grandes como para presumir que los errores o las irregularidades que pudieron haber ocurrido a nivel estatal o distrital no hubieran afectado el resultado de las elecciones en forma significativa. Sin embargo, en el caso de la elección presidencial las diferencias regionales tienden a compensarse y eso hace que la brecha sea lo suficientemente pequeña como para pensar que el resultado sí puede estar influido por alguna posible irregularidad o por los errores naturales en el proceso de conteo. A manera de ejemplo, citemos el caso de las elecciones para senadores. En este caso, de las 32 elecciones locales, en más de 11 de ellas el margen de victoria para el partido o coalición triunfante fue de más de 10 puntos porcentuales. En otros 10 casos, el margen fue de entre 5 y 10 puntos porcentuales. En otros 6 casos, la brecha fue de entre 2 y 5 puntos porcentuales. Es decir, que en 27 entidades la brecha entre los primeros dos lugares de la elección fue de más de 2 puntos porcentuales y en 21 de ellos la brecha fue de más de 5 puntos porcentuales. Por esa razón, tiene poco sentido pensar que en esos casos, el resultado de las elecciones pudo haber sido afectado por el tipo de errores o irregularidades que se presume pudieron haber afectado la elección presidencial. En los otros cinco casos en los cuales la brecha fue menor a 2 puntos porcentuales, el PRI/PVEM ganó dos entidades (Chiapas y Nayarit), el PAN ganó dos en dos entidades (Chihuahua y Morelos) y el PRD/PT/PC ganó en una sola entidad (Hidalgo). Cabe señalar que en 3 de estos casos (Chiapas, Nayarit y Morelos), los candidatos de la Coalición por el Bien de Todos quedaron en segundo lugar, por lo que pudieron haber impugnado, pero no lo hicieron. Por último, vale la pena señalar que el caso más cerrado fue el de Morelos en donde la brecha entre el primer y el segundo lugar es de 0.67 puntos porcentuales, es decir, ligeramente mayor que en el caso de la elección presidencial.

9. Criticar el desempeño del IFE en el proceso electoral significa socavar la credibilidad de una de las instituciones más serias del país.

En realidad, la credibilidad del IFE empezó a quedar en entredicho cuando el PRI y el PAN decidieron quienes serían las personas que integrarían el Consejo General del IFE sin tomar en consideración al partido que entonces era la tercera fuerza política del país, el PRD. A diferencia del Consejo General previo, este nuevo consejo no fue electo por consenso y su composición reflejaba únicamente las propuestas de dos de los principales partidos políticos del país. En ese sentido, si bien los nuevos integrantes del Consejo no eran en si mismos cuestionables, sí quedaba una sombra de duda sobre cómo actuarían y sobre todo si serían imparciales en la conducción del proceso electoral del 2006. Por otro lado, hubo algunas decisiones del propio Consejo que no coadyuvaron a garantizar la imparcialidad del IFE, así como también hubo algunas decisiones del personal administrativo del Instituto que contribuyeron, quizá sin dolo o mala fe, a generar un ambiente de duda y sospecha sobre la imparcialidad del propio instituto. (Veáse más adelante).

10. Sobre el IFE

Con respecto al IFE ya he planteado que el Consejo General nació con una mancha desde su origen. Su conformación no sólo reflejaba los intereses de una parte de los partidos políticos más importantes, sino que además desde un principio los Consejeros se encontraban, en su mayoría, en franca desventaja al ser comparados, ya sea en formación académica o en experiencia y trayectoria política, con los miembros del Consejo General anterior. A pesar de ello, mucha gente optó por darles el beneficio de la duda y esperar a evaluar su desempeño en esta elección presidencial. Debo decir, sin embargo, que aun cuando creo que no hay evidencia de un fraude electoral generalizado ni mucho menos, si creo que el desempeño del IFE a lo largo de todo el proceso debe ser revisado y evaluado en forma crítica. En mi opinión, en muchos aspectos cruciales de la elección, las decisiones del IFE (ya sea del Consejo o de algunos funcionarios), o la falta de ellas, contribuyeron a la inequidad en el proceso electoral y al enturbiamiento del proceso. Me permito señalar algunos ejemplos en este sentido:

· La reacción tardía ante la campaña negativa del PAN. Recuérdese que el PAN retiró estos anuncios hasta que lo ordenó el Tribunal Electoral.

· La nula reacción ante los anuncios de grupos privados que hablaban de las elecciones y armas con imágenes de Hugo Chávez.

· La muy tardía reacción ante la intervención del CCE en el proceso electoral, en flagrante violación al artículo 48 del COFIPE. Debe recordarse que el IFE se pronunció sobre este tema hasta el 26 de Junio y que el CCE retiró sus spots a partir del 29 de Junio, es decir, cuando ya no estaba permitido realizar actividades de proselitismo.

· La incapacidad de informar a los ciudadanos, con toda claridad, que el día 2 de Julio el PREP no había incorporado la información de un número importante de casillas. En ese sentido, no importa que los partidos supieran o no de estos datos, sino lo importante es que no era claro para todo el mundo que así era y que no se haya informado con precisión a la sociedad de que magnitud era el problema de las inconsistencias en las actas electorales.

· La diseminación de información incompleta o sin procesar, a lo largo de todo el proceso, que era utilizada en forma recurrente para criticar a la Coalición por el Bien de Todos. Ese fue el caso de la información sobre el número de spots en televisión (en donde no se contabilizaba la información negativa sobre otro candidato), sobre el número de representantes de casilla en las elecciones o sobre el número de paquetes electorales que en realidad fueron abiertos en los Consejos Distritales.

· La difusión recurrente de spots en radio y televisión que se han hecho a partir del 2 de Julio y que parecen dar la impresión de que el proceso ha terminado, a pesar de que aun no hay formalmente un Presidente Electo.

11. AMLO ha dicho que en caso de que se declare triunfador a FC no lo reconocerá como Presidente legítimo, incluso si es designado como triunfador después de un recuento voto por voto.

Así es, AMLO ha afirmado lo anterior y está en todo su derecho de hacerlo. No hay nada que obligue a AMLO a reconocer que el proceso electoral fue equitativo e imparcial. En ese sentido, su opinión sobre estos aspectos del proceso, así como con respecto a la campaña sucia en su contra, al papel del Presidente Fox, al de una parte del Sector Privado y de la Iglesia, etc., es compartida por muchos mexicanos, entre los cuales me incluyo. En ese sentido, AMLO y cualquiera que piense eso está en su derecho y no afecta por ello los derechos de terceros. Eso no quiere decir ni un socavamiento de las instituciones ni un peligro para nadie, es simplemente una forma de percibir las cosas y una opinión sobre un aspecto de la vida pública de nuestro país.

12. AMLO ha acusado a todo el mundo de su derrota, incluyendo a sus propios representantes de partido de haberse vendido.

Este es, nuevamente, un ejemplo de cómo los medios tienden a amplificar y a tergiversar lo que ha dicho AMLO sobre el proceso electoral. Lo que AMLO dijo fue que en esta elección había habido mucho dinero en circulación y que eso pudo haber influido en la asistencia de algunas personas que habían aceptado participar como representantes suyos en el proceso electoral. Debe recordarse que un comentario generalizado sobre los partidos que formaron la Coalición por el Bien de Todos es que son entes que no tienen o no tenían presencia nacional. Precisamente por esa razón, era muy difícil para estos partidos el lograr que en todas y cada una de las casillas hubiera representantes de la Coalición. Por lo tanto, en algunas zonas en las que se cuenta con baja penetración de estos partidos, se invitó a algunos ciudadanos independientes para que fungieran como representantes de la Coalición. En muchos de estos casos, sin embargo, los ciudadanos que habían aceptado participar no lo hicieron. Para nadie es una sorpresa que en muchos de estos casos eso se haya debido a la intervención de terceras personas, que en algunos casos mediante la coacción y en otros mediante el soborno, lograron que algunos de estos ciudadanos no se presentaran a cumplir con su compromiso. Por ello, a pesar de que la Coalición había acreditado a representantes de casilla para 95.9% de las casillas, sólo tuvo representantes en el 79.4% de las mismas (véase el reporte del IFE sobre este asunto). Dentro de esta situación, hubo algunos casos particularmente difíciles en donde el ausentismo de los representantes de casilla fue mucho más marcado y es en donde se presume que haya habido actos de soborno o coacción en contra de estos ciudadanos. Tal fue el caso de Nuevo León en donde a pesar de tener registrados hasta un 91.6% de representantes de casilla, solo se presentó el 33%. De igual forma, en Sonora y Jalisco solo hubo representantes en un 51.8% y 55.1% de las casillas, respectivamente (con 87.3% y 92.2% de representantes acreditados). Esta ausencia de representantes de casilla explica porqué pudo haber irregularidades en muchas de estas casillas, así como porqué AMLO hizo referencia a esta situación. Noten que eso no quiere decir que estos ciudadanos hayan avalado el fraude ni mucho menos, sino que simplemente su ausencia pudo haber facilitado algún tipo de irregularidad.


13. ¿Cuáles son los escenarios posibles con respecto a la decisión del Tribunal?

En mi opinión, hay básicamente 4 escenarios posibles (los cuales pueden incluir además anulaciones de casillas individuales):

1) Rechazo total a la impugnación de la Coalición.

2) Recuento parcial de algunas casillas (pueden ser las más de 50 mil que impugnó la Coalición o incluso un subgrupo de éstas).

3) Recuento total

4) Anulación total de la elección presidencial.

Considero que el escenario 1 sería el menos deseable de todos. Existe evidencia de que hubo al menos algunas irregularidades que deberían ser revisadas por el Tribunal. Si se llegara a tomar esta determinación, AMLO y un grupo importante de la población se quedarían hoy y siempre con la duda sobre la validez y legitimidad del proceso electoral.

El escenario 2 es factible, aunque creo que no sería deseable para nadie. Un recuento parcial tendría dos posibles desventajas dependiendo de cual fuese el resultado del mismo: por un lado, en caso de que el resultado de dicha revisión se traduzca en una disminución de la ventaja de FC sobre AMLO, siempre quedaría la duda de qué es lo que habría pasado si se hubiera revisado toda la elección. Bajo este escenario, también quedarían siempre las sospechas de un grupo importante de la población con respecto a la legitimidad del nuevo Presidente. Por otra parte, supongamos que como resultado de este conteo, se revierte la situación y AMLO obtiene un mayor número de votos que FC. Esta situación podría ocurrir tomando en consideración que la Coalición está impugnando sobre todo las casillas de aquellas entidades en las cuales el PAN obtuvo una ventaja importante en la elección presidencial. En ese sentido, no sería descabellado que una combinación de recuento parcial con anulación de casillas con votación muy favorable al PAN pudiera cambiar el sentido del cómputo. Por supuesto, esta situación tendría un sesgo natural derivado de las casillas que están siendo impugnadas por la Coalición y podría generar una situación de inconformidad natural por parte del PAN. Bajo cualquiera de estos dos escenarios, creo que el resultado final sería indeseable para una de las partes. Por supuesto, es posible que ninguno de estos escenarios se materialice, pero no podemos excluirlos de antemano.

El escenario 3 es, en mi opinión, el más deseable y el que implica mayor certidumbre y menores costos para todos. No hay ninguna razón realmente válida para que esto no ocurra. Además, es claro que no hay impedimento alguno para que el Tribunal lo mandate y, finalmente, es viable de ser realizado en un plazo razonable con la coadyuvancia de los Consejos Distritales. Esto contribuiría a dar mayor certeza a todo el proceso y eliminaría cualquier sombra de duda sobre el mismo. Más aún, cualquiera que sea el resultado del recuento es casi un hecho que el recuento en sí mismo ayudaría a mejorar las condiciones de gobernabilidad y de legitimidad para quien quiera que resultara ganador. Además, AMLO ha declarado que respetará el resultado del recuento independientemente de quien resulte ganador. Incluso si hubiera quien dudara de la palabra de AMLO sobre este tema (lo cual, obviamente, no comparto), debe tenerse en cuenta que el principal motivo de la movilización perdería su sentido, por lo que no sería previsible que siguieran ocurriendo las manifestaciones que han tenido lugar en días recientes.

El escenario 4 no deja de ser una posibilidad latente. Finalmente, desde el punto de vista de algunos de los participantes, no hubo condiciones de equidad, imparcialidad y certeza en el proceso electoral. Más aún, la intervención de terceros (el CCE, por ejemplo) en el proceso electoral fue notoria, lo cual fue una violación flagrante del COFIPE sin que el IFE hubiera expresado en forma inmediata su rechazo y condena a dichas actividades.

Debe recordarse que el Cofipe señala en su artículo 48, fracción 1ª lo siguiente:

1. Es derecho exclusivo de los partidos políticos contratar tiempos en radio y televisión para difundir mensajes orientados a la obtención del voto durante las campañas electorales, conforme a las normas y procedimientos que se establecen en el presente artículo. Los candidatos sólo podrán hacer uso de los tiempos que les asignen su partido político, o coalición, en su caso, de conformidad con lo previsto en el artículo 59, párrafo 1 inciso c).

Y en su fracción décimo tercera señala:

13. En ningún caso, se permitirá la contratación de propaganda en radio y televisión en favor o en contra de algún partido político o candidato por parte de terceros.

Así pues, la intervención de terceros como el CCE, así como la abierta injerencia del Presidente Vicente Fox en el proceso pudieran dar lugar a una situación de nulidad de la elección presidencial

A pesar de que podría haber razones válidas para la anulación del proceso, y de que yo en lo personal consideraría que una situación como ésta sería una victoria moral sobre aquellos grupos que intervinieron abiertamente en el proceso electoral, desvirtuándolo y afectando la equidad del mismo, también considero que dicho escenario es francamente indeseable para el país. En lo personal no creo que una decisión en este sentido ayude a reducir la gran división y polarización que se generó como resultado de las elecciones presidenciales, además de que no confiaría en la sabiduría y temple del PRI y el PAN para elegir un Presidente Interino que estuviera a la altura de las circunstancias. Más aún, considero que si se llegara a dar una resolución en este sentido, ya podríamos anticipar la campaña de descalificaciones y de críticas que iniciarían algunos medios de comunicación y sus voceros en contra de AMLO y de la Coalición por el bien de Todos, lo cual también tendría un costo importante en términos electorales en el futuro inmediato. Por todo ello, considero que este escenario es indeseable no sólo para el país, sino incluso para una opción de izquierda que pretenda realmente implementar un Proyecto Alternativo de Nación.

En suma, considero que lo mejor no sólo para el país, sino también para la construcción de una opción de izquierda que sea viable en el mediano y largo plazo, es el recuento total voto por voto y casilla por casilla. Esta opción, incluso si se tradujera en la ratificación del conteo preliminar, daría una salida política al conflicto y permitiría la posibilidad de reagrupar y consolidar a los ciudadanos que optaron por una opción de izquierda en torno a un proyecto futuro que represente realmente sus intereses."



[1] Diálogos por México, versión estenográfica de la entrevista a Andrés Manuel López Obrador.

(http://i.esmas.com/documento/0/000/002/011/DialogosAMLO-Transcipcion.pdf)

[2] Dicurso pronunciado por AMLO el 16 de Julio de 2006 en el Zócalo de la Ciudad de México. (http://www.amlo.org.mx/noticias/discursos.html?id=54295)

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